jueves, 5 de noviembre de 2009

Recuerdo.

Ese día como era costumbre te levantaste temprano, hiciste la mesa, cubriste tu cuerpo con ropas finas y esa deliciosa loción de almendras, que aunque quisieras y por mas fuerte o suave que fuese su olor, no conseguía esconder tu inolvidable aroma. Deambulabas por la casa esparciendo tu fragancia, suave, mágica, fuerte, placentera, y lo hiciste tan bien que en pocos momentos, cada objeto, cada rincón de nuestro delicado hogar, contenía tu esencia. Caminaste hacia nuestro cuarto, donde dormía yo mientras soñaba contigo. Abriste la puerta, observaste mi cuerpo desnudo, ese que aun guardaba retazos de la noche anterior, la misma en que nos hicimos uno. Luego, después de unos minutos te acercaste a la cama y sujetaste mi mano, y como si fuera la dulce y tersa voz del ángel mas puro, me dijiste cosas tan hermosas que sentí ganas de arrancar tu lengua, para que tu boca no volviese a pronunciar palabra alguna.

2 comentarios:

Unknown dijo...

genial como los demas... q mejor forma de expresar ese recuerdo de unidad... mmm me fascina!

Unknown dijo...

SOLO AL PURA ESENCIA DEL AMOR PODRIA LLEGAR A PERDURAR TANTO COMO PARA TOCAR EL ALMA DE QUIEN ESCRIBE TAN ADMIRABLES PALABRAS, "TU INOLVIDABLE AROMA" GENIAL ES UNA PARTE LLENA DE FUERZA... MUCHOS EXITOS